Guardianes de la revolución
En esta bóveda el campesino que estaba en el panel anterior con un machete, ahora tiene en sus manos un haz de trigo y una hoz. Nuevamente tiene su herramienta de trabajo, pero además disfruta del producto de su trabajo, representado por el haz de trigo.
Y en los nichos, los cuatro campesinos ya no se encuentran en una actitud de enclaustramiento y con la necesidad de liberarse, sino compartiendo también los frutos de la tierra en paz y en libertad.
En el ala derecha, vemos de nueva cuenta al obrero con su herramienta de trabajo, el martillo. Dejando el machete, al igual que el campesino, para compartir con él, también, los alimentos; compartiendo ambos las riquezas de la tierra, el producto de su esfuerzo, de su trabajo.
Este campesino y este obrero ya han dejado de luchar, ahora son dueños de la riqueza que producen, como un resultado de su unidad. A los cuales Diego ahora los representa en el centro de la bóveda; al campesino, sosteniendo una hoz, y al obrero sosteniendo un martillo, entrelazando ambos instrumento de trabajo bajo la estrella roja aureolada, representando con ello a la nueva sociedad, que ellos mismos están construyendo.