Los explotadores y la formación de los líderes
El campesino que aparece al centro con la cabeza oculta por el sombrero y agobiado por la carga como un penitente, divide este panel en dos episodios. A su izquierda, aparece el hacendado que fustiga a un campesino, que también es amenazado por el fusil del capataz. Alrededor se encuentra un grupo de mujeres y hombres, campesinos, levantando la cosecha para «el amo».
A la derecha está «El propagandista» con un haz de trigo y portando una hoz en su mano derecha; observa el atentado con mirada desafiante y en actitud de reto hacia los verdugos (hacendado y capataz).
A la izquierda del mural se ve a un hombre que, al salir de la mina, es sometido a una revisón humillante por parte de un mayordomo (un paramilitar al servicio de los dueños de las minas), obligándolo a levantar las manos, creando con ello una figura cuya apariencia evoca la de un crucificado.
De esta manera, se está representando a una sociedad que aparece dividida entre los que trabajan y son humillados, y los que explotan y humillan. Escenas que resaltan la explotación cruel y desenfrenada del minero y el campesino bajo la dictadura porfiriana, y que fueron algunas de las causas primeras de la Revolución de 1910.