Los mártires agrarios: Zapata y Otilio Montaño
Bajo la tierra, por medio de un corte transversal, se ven los cadáveres de Emiliano Zapata y el maestro rural Otilio Montaño (redactor del manifiesto de 1910, el famoso Plan de Ayala) envueltos en sendos sarapes rojos. Sobre ellos, en la superficie de la tierra, fructifica el maíz y una gran flor con pétalos de luz hace marco a la ventana circular, la cual Diego aprovechó para convertirla en el sol, con lo cual se glorifica a los que, caídos en pro de un ideal, renacen, transfigurados, en la fecunda milpa de la tierra mexicana.
El simbolismo es claro: la inmolación de los luchadores no ha sido en vano, ellos fertilizan la milpa con su sacrificio, fecundando las cañas de maíz, alimento milenario de los pueblos mesoamericanos. De esta manera Diego nos muestra que la vida está en continuo movimiento, que es un proceso de permanente cambio.