Murales de la industria de Detroit
Rivera plasmó su visión de la industria desde el punto de vista obrero, y lo hizo en el corazón del capitalismo.
– **(00:09-02:18)** Durante la Gran Depresión, Detroit enfrentó grandes dificultades económicas, pero el Instituto de Arte de Detroit (DIA) floreció gracias a tres figuras clave: William Reinhold Valentino, el director del museo, quien invitó al muralista mexicano Diego Rivera, y Edsel Ford, quien financió el trabajo de Rivera en el DIA.
– **(02:58-04:29)** Los murales de Rivera, conocidos como «Industria de Detroit,» representan a las personas, máquinas y procesos de producción en la planta River Rouge de Ford. Su fascinación por la maquinaria es evidente, y los murales son celebrados como una obra maestra tanto de arte como de la industria.
– **(06:10-06:46)** Los murales incluyen temas políticos, en particular las creencias comunistas de Rivera, lo que causó controversia durante la era anticomunista de McCarthy. Los murales se conservaron solo después de que el DIA aclaró que representaban arte y no propaganda política.
– **(08:01-08:47)** Los murales de Rivera integran cuatro temas: personas, producción, política y el planeta, mostrando la relación de la humanidad con los materiales y procesos industriales. Los murales también incluyen retratos de figuras clave como Valentino, Edsel Ford y el propio Rivera.
– **(10:29-12:18)** Las siguientes comisiones de Rivera enfrentaron desafíos debido a sus puntos de vista políticos, como el mural cancelado en el edificio RCA de Nueva York. El video concluye con la visita del narrador a la casa de Rivera en Guanajuato, México, destacando el impacto duradero de Rivera en el arte y en Detroit.
A mediados de 1932, Diego Rivera firmó un contrato con la DIA para decorar las paredes del patio interior del Instituto de las Artes de Detroit. Financiado por Edsel Ford (hijo del fundador la Ford Motor Company), Rivera pudo producir su obra casi como se hacía en el renacimiento: con ambiciosos frescos y poderosos mecenas.
Eran tiempos del New Deal para arreglar la crisis del 29, y los millonarios filántropos estadounidenses tampoco veían con muy malos ojos que el artista fuera abiertamente marxista (aunque Rockefeller hizo destruir otro mural en el que salía Lenin…).
Así Rivera pudo plasmar su visión de la importante industria automotriz de la ciudad desde el punto de vista obrero, pues para él los proletarios eran el verdadero motor de dicha industria. Y de paso pudo hacerlo en el corazón mismo del capitalismo.
El pintor visitó la fábrica durante meses y realizó numerosos bocetos para decidirse al final por un lenguaje realista para que sus pinturas fueran accesibles al hombre común, pero combinado con sus típicos elementos precolombinos, además del cubismo y futurismo que había aprendido en París.
Del futurismo tomó esa exaltación del movimiento y de la máquina, y por supuesto la temática: el mundo industrial era digno de ser presentado como tema del arte del siglo XX.
Ya se conocía el interés de Diego Rivera por la tecnología. Para el artista, el progreso de la humanidad se debe a la ciencia. Juntos, obreros de diferentes razas contribuyen con su fuerza de trabajo para crear mundo mejor. Como vemos, todo se basa en la producción del coche, dejando de lado su mercantilización (Recomendamos ampliar las imágenes de arriba).
Rivera realizó estos 27 paneles en tan solo 9 meses y al final sería bastante criticado (un comunista trabajando para la élite burguesa…), pero para él, el fin justificaba los medios, y así además podía ganar un dinerillo y visitar un país que lo fascinaba.
El Instituto de Artes de Detroit (en inglés, Detroit Institute of Arts o DIA) es uno de los museos más grandes de los Estados Unidos. Se encuentra en el centro cultural de Detroit. Oficialmente se inauguró el 21 de marzo de 1886 como: Museo de Arte de Detroit. Y en 1927 fue reconstruido (estilo Beaux-Arts) a la vez que se le cambió el nombre por el de Instituto de Artes de Detroit.
Los Murales de la Industria de Detroit (1932-1933) son una serie de frescos del artista mexicano Diego Rivera, que consta de veintisiete paneles que representan la industria en Ford Motor Company y en Detroit. Juntos rodean el interior de Rivera Court en el Instituto de Artes de Detroit. Pintados entre 1932 y 1933, Rivera los consideró su obra más exitosa.1 El 23 de abril de 2014 fueron designados por el Departamento del Interior como Hito Histórico Nacional.2
Los dos paneles principales en las paredes norte y sur representan a trabajadores que trabajan en la planta River Rouge de Ford Motor Company. Otros paneles muestran los avances realizados en diversos campos científicos, como la medicina y las nuevas tecnologías. La serie de murales, en su conjunto, expresa la idea de que todas las acciones e ideas son una.
Abby Rockefeller cofundadora del museo (MOMA) y esposa de John D. influyó para que su hijo Nelson contactara al artista mexicano con la propuesta de pintar un mural de 99 metros cuadrados, y que sería la pieza principal del edificio.
Esta decisión llegó después de que Raymond Hood arquitecto principal de la obra fue ayer en su misión de comisionar a Henry matisse o Pablo Picasso para que pintaran esta pieza.
Pero después de una larga negociación finalmente el artista mexicano llegó a un acuerdo con Rockefeller, cuya temática sería la de un fresco sobre la cooperación humana y el desarrollo científico.
Pero durante el proceso y sobre la marcha realizaría varios cambios a su boceto original lo que desembocaría en consecuencias fatídicas.
Diego Rivera esbozó el mural que llevaba por nombre el «hombre en el cruce de caminos» fiel a su ideología socialista. Mural en el que plasmaba los dos sistemas económicos que marcaron el siglo 20, el socialismo y el capitalismo; haciendo una comparación entre ambos modos de producción.